Jugar a ser una gota que cae, caer en la oportunidad de conocer de lleno el vacío.
Luego despertar.
¿Es simple, es azar, o simplemente no viene a cuento andar pensando?
Correr como ballenas cansadas, habitar una mesa, rodearte con brazos de te, de canela o laminas de sal.
Y no eres mas quien eras, y no juegas a decir que estas viva, caminas y preguntas, caminas y aseveras que la fuente no se ha roto de tanto ir el cántaro hacia ella.
Abierta de par en par eres de todos y de nadie en un mismo beso, y las piedras caen como burbujas, no las esquivas, tus láminas de sal te abrazan, y de pronto eres un árbol, y una tarde y una hoja, y te quiero así.
E imagino un mundo donde no hallarte, donde la pregunta carezca de rostro, donde no sepa hablar tu idioma, y soy un perro y una gota de lluvia, un beso y una cuerda.
Salimos a caminar y cada uno es varios más, y somos una red y somos aves, hablamos para atrás y para adelante, y nos chocamos y creemos ver un rostro conocido, y somos varios y esos rostros se confunden, pues son un perro, un árbol y una gota de lluvia, y lloramos.
Y por las noches somos eso que creemos ser, mentimos y nos atrevemos a decidir, a enfatizar algo tan débil como el hecho de creer que somos uno.
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