Quiero una playa,
un brazo y un poco de ananá.
Somos dos, me dijeron.
Quiero un perro de playa y el agua,
que no cae pero se acerca,
que no truena pero se hace notar,
quiero un día de sol y un cordero,
como el del principito.
Quiero nadar y ser navegado,
conquistar y ser conquistado.
Que la bandera definitiva sea la del estado del mar,
que el atardecer me abrace y me diga "no te equivocaste",
y una manta me abrigue por la noche,
y contar estrellas,
dormir contando,
y cantar durmiendo:
"oh cielo mío,
contame las estrellas,
que de mis ojos salen,
oh cielo mío,
cantame mi día,
que de la noche se encargan mis sueños"
Y despertar y decirme que lo que es, simplemente es,
en una playa, en el mar,
en mí.
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