Una vez escuché decir “¿Quién sos
vos para decirme lo que tengo que hacer con mi hijo?”
Eso me quedó muy claro, esa persona no
tenía la mas puta idea de la vida, ni de la suya ni de la de su
hijo.
Nuestros hijos no son nuestros, aunque
haya leyes y marcos sociales que nos hagan creer eso, ninguna persona
es posesión de nadie.
En una ocasión estaba viendo a una
familia joven con tres niños, una bebé, y los otros dos cerca de
los cinco años, un niño y una niña. Esto era en la recepción de
una inmobiliaria. Los niños jugaban con la alegría y la
despreocupación propia de la edad, metiéndose debajo de las mesas
en las que podían, tocando los botones de un fax solo porque estaban
ahi para ser tocados...etc.
En un momento la niña se tropieza y el
padre en lugar de preguntar que había sucedido y ayudar a la
pequeña, lo toma de la oreja tratando de disimular la maniobra para
el resto de quienes estábamos en el rango de visión de tal escena.
Obviamente la niña lloró.
Cuando el padre ve al hijo que estaba
haciendo travesuras, lo trae cerca de él pero con una actitud
completamente diferente, mucho mas amigable.
Ahí pensé “pobres niños: un padre
golpeador y sexista”. Al rato se fue toda la familia entre gritos
de los niños porque justo uno de ellos estaba de castigo del lado de
la calle, con el padre.
Al instante en que se fue la familia me
atendió una de las empleadas de la inmobiliaria, y me hace un leve
comentario sobre la escena de los niños jugando y siendo regañados
por los padres. Le digo “pobres chicos”, y ella me dice “pobres
padres, de hecho estuvieron bastante blandos con los chicos, si
fueran los míos....” y mi recuerdo se pierde ahí, en la parte
donde esta chica expresa que de ser por ella los hubiera agredido aun
más, a unas criaturas de no mas de cinco años.
Le hice algún comentario liviano que
evitaba entrar en un intercambio que terminaría en la consabida
frase “y quien sos vos para...”.
Yo nací en un contexto donde la
violencia era normal, donde algunos padres como cosa normal tomaban
un cinturón y no les temblaba la mano para dejarle una marca en la
espalda y en la vida a sus hijos, donde como buenos aprendices
nuestros padres repetían los esquemas de sus ancestros.
Si tuviera la potestad de determinar
mandamientos diría “Nunca usarás violencia física
ni psicológica con tus hijos”, aunque algunos la
tuvieron y dejaron expresados los derechos del niño.
Volviendo a mi conversación con la
chica de la inmobiliaria, recuerdo haberle hecho el comentario de que
los niños son como son los padres...
Cuestiones hinduístas de karma y
dharma fuera de este párrafo, los hijos ( o sea todos nosotros )
tomamos cosas de nuestros padres, mucho más cuando lo único cercano
que tenemos como referencia de comportamiento humano son nuestros
padres. Y parece mentira, pero de tan obvio muchos nos olvidamos.
Si tuviera la potestad para determinar
otro mandamiento diría “Cuando te moleste algo de
tu hijo, fijate qué de eso que te molesta de él, es una
característica tuya”.
Un
mandamiento adicional conectado con el anterior diría
“Cuando discutas con tu pareja, tratá
de hacerlo en privado y si hay diferencias que determinen el destino
de sus hijos, háblenlo con ellos en armonía (esto incluye evitar
gritos e insultos desesperados, y arrojarse objetos, mientras los
pequeños miran ese espectáculo digno de un circo de locos)”.
Los
chicos son esponjas, fuimos esponjas todos nosotros, y luego tuvimos
que pagar horas y meses y años de terapia para quitar cosas que
absorbimos sin comprender (los que tuvimos suerte).
Como
hijo/hermano/amigo vi a algunos de mis amigos sucumbir ante la vida
por haber sido sobreprotegidos.
Sobre
esto hablaría tanto que me cansaría de escribir, pero seré breve:
las playstation no crecen en un árbol
de playstation.
Parece una frase tonta, pero resume un poco lo que quiero contar, que
este sistema en el que nos encontramos inmersos, nos da la falsa
sensación de que todo está disponible, al alcance de la mano ahora
mismo y sin consecuencias, y no es así.
A
la naturaleza le lleva años dar forma a ciertas frutas, cientos de
litros de agua se necesitan para formar los plásticos que conforman
una playstation o los vasos de café de la cafetería de la escuela.
Nada
es gratis para la naturaleza y lo que es más, nada es gratis para
nadie. Lo que se da fácil y se recibe fácil es fácil también no
cuestionarlo y adoptarlo como algo normal, porque “mamá y papá
proveen”. Pero llegará un momento donde habrá que salir a la vida
solos, sin los consejos miedosos de mamá y papá, sin la red de
contención de sus ideas por sobre las nuestras, y el mundo será
mucho mas hostil para quienes los padres le han puesto todo fácil, y
no solo me refiero a objetos, sino a situaciones de la vida.
Si
les enseñamos a nuestros hijos a temerle a la vida, estaremos
creando futuros cobardes, futuras víctimas de manipuladores, futuros
depresivos, y lo que se les ocurra.
Me
dirán que no es fácil, pero nada es fácil si nos ponemos
estrictos, sin embargo acá estamos, todos, luego de haber vivido
cosas para las que nadie nos entrenó. Pero convengamos que si
entrenamos a nuestros hijos en el mundo de barbie, será más
complicado para ellos enfrentarse al mundo real.
Volviendo
al árbol de playstation, cada cosa tiene su proceso. Disponer de los
objetos del mundo puede hacernos bien, y puede hacernos mal si
creemos que tener todo es normal, porque cuando no tengamos algo de
eso a lo que nos acostumbraron, vamos a tener “síndrome de
abstinencia de bienestar”, y quizá esté bien que así sea, pero
que lindo sería que cuando nos dan algo nos enseñen de donde viene
ese algo, cuanto le costó a la tierra crear eso que nos están
dando, y el valor real que tiene ese objeto mas allá de valor
monetario. De a poco se van viendo varios movimientos que apuntan al
desarrollo sustentable, porque el planeta es uno solo y lo estamos
depredando.
Hay
culturas en las que es tradición agradecer los alimentos de la mesa.
Sería interesante pensar de donde viene cada cosa, cuantos animales
murieron para que nosotros tengamos una mesa con alimentos, cuanta
agua y sol tuvo que usar una planta para generar un tomate, el tiempo
que se tomó la persona que cocinó todo, y el esmero en la mesa bien
puesta. Todo es parte. Agradecer es consciencia, y agradeciendo toda
comida sabe más rica.
Hoy
es el día del niño, y seguramente les harán regalos a sus hijos,
objetos del mundo, que han costado el trabajo de algún malayo o
chino, que han salido del petróleo de alguna parte del mundo y que
luego de un bello empaque llega por barco a buenos aires y de ahí a
las jugueterías y de ahí a cada una de nuestras casas.
Regalaremos
juguetes, animales, un paseo, golosinas, etc. Es un día muy
particular que en lo personal me hace reflexionar sobre la humanidad
toda, que comienza con una niñez en cierto modo subestimada (i.e:
“pero eso es para chicos”, como si ser para chicos estuviera
mal). Deberíamos aprender un poco mas del juego, los chicos son
grandes maestros en lo que se refiere a desestructurar formas de
pensar, están los que sobreviven su espíritu creativo y se
convierten en personas felices, y están los que ven sus ramas ser
podadas por lo que hay que hacer, por lo que hay que ser, de acuerdo
a los parámetros de éxito de sus padres y por extensión la
sociedad, y luego crecen como adultos limitados.
Si
tuviera la potestad de hacer solo un último mandamiento para con los
niños diría: “Lo mejor que podes
hacer por tus hijos, es tratar de ser mejor vos cada día, amarlos y
ayudarlos a desarrollar sus propios talentos, dejando de lado tus
miedos y limitaciones, que son sólo tuyas.”
2 comentarios:
Ale! me daban ganas de comentar cada párrafoo! jajajaja
Cuán cierto lo de la posesión no? Pero es que el apego pareciera que heredamos y además se nos contagia de manera inconsciente termina siendo como un vicio y visible en la acumulación de objetos. Las ganas de tener todo, de sentirnos completos (?) de esa forma. Ya desde niños nos enseñan a decir "este juguete es mio". Empieza el camino de posesiones: cosas, dinero, RELACIONES! y de allí... los celos! (entre otras cosas), las frases "vos sos mío" o "soy toda tuya!"(???) Y lo de los hijos, más complejo aún! Muchas veces escuché esa frase con la que empezaste el texto, como cuando le hice seña a un nene que tiraba un papel de caramelo por la ventana de su auto.
¿Porqué nos creemos que nos podemos adueñar de todo? Si, de todo! Hasta del mundo!
En conclusión me dieron ganas de compartir un almuerzo! :)
Ale! me daban ganas de comentar cada párrafoo! jajajaja
Cuán cierto lo de la posesión no? Pero es que el apego pareciera que heredamos y además se nos contagia de manera inconsciente termina siendo como un vicio y visible en la acumulación de objetos. Las ganas de tener todo, de sentirnos completos (?) de esa forma. Ya desde niños nos enseñan a decir "este juguete es mio". Empieza el camino de posesiones: cosas, dinero, RELACIONES! y de allí... los celos! (entre otras cosas), las frases "vos sos mío" o "soy toda tuya!"(???) Y lo de los hijos, más complejo aún! Muchas veces escuché esa frase con la que empezaste el texto, como cuando le hice seña a un nene que tiraba un papel de caramelo por la ventana de su auto.
¿Porqué nos creemos que nos podemos adueñar de todo? Si, de todo! Hasta del mundo!
En conclusión me dieron ganas de compartir un almuerzo! :)
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