jueves, marzo 03, 2016

De pronto ya no hay nada



De pronto son las 11:11 y no hay mas nada, el tiempo ha dejado de contar.
Los relojes no avanzan más, no hay retrasos ni tranvías.
Ella camina mirando la calle, los árboles en formas esquivas, las tardes como ésta tan lejanas como un sí.
Mira el reloj que hace rato que marca la misma hora, sin embargo no hay pregunta, y el momento indica su propia indentidad, el propio peso.
Mariana juega a despertar en cada mirada, asestando una flama en mi corazón a cada momento, en cada insinuación irreverente.
Son las horas de una mañana más, de un dia que a estas alturas es indeterminado, cansino, lábil.
Me harté de tantas pendejadas me dijo, habiendo jugado a la pendeja máxime sus movimientos de temor. Y dije que no sabía, que los puntos de vista mas comunes suelen chocar, que su sonrisa y sus tetas, pero no se si quiso escucharme.
A veces pienso que con un escopetazo de verdades parciales alcanza para dirimir todo entuerto, pero me han colgado tantas veces que ya ni se para donde corro cuando el suelo se pone caliente, tanto que quema.
Y durmió, lejos, lejísimos, de un mí que no es nota ni melodía, pero de un mí que es tan ella como una manzana pertenece a un manzano, y desperté de un letargo pesado.
Me dijo algo que olvidé, no me amó, y se alejó, no se por qué, si solo saber amar, pero por un momento parecen habérsele olvidado ciertas aristas.
Podría haberla aproximado, con trampas y verdades, pero elegimos otro camino, mas intenso y sincero,  con algunas trampas y dragones al acecho.
Me tiene sin cuidado tu temor le dije, me miró y se convirtió en el demonio mas horrendo que haya visto, la falta de amor mas grande que han regalado en estos últimos años, una espada de nieve en la garganta.
Y sostuve mi sonrisa, mi amor, mis abrazos no recibidos, y aun asi el dia y la noche que no se reconcilian pensando que son partes de algo diferente. Y vos, y tu respeto expectativo, tu sinsentido tan emocional, tan vos.
La luz y el aceite se mezclan bastante bien como el agua y la piedra, el sol y la luna.
Asi que este es mi juego siendo las 11:11, ya no hay hora, no hay mas reloj, no hay mas un "me tengo que ir", no hay un "ya cerramos" no hay un "te esperé mil horas".
Ya no hay nada.