jueves, enero 24, 2019

Frutos de un árbol

Eres fruto del amor de tus padres, eres amor para alguien, eres amada por alguien, eres amado por alguien.
Fuiste la sonrisa de tus padres, tu primer modelo de amor.
Fuiste el abrazo de tu madre cuando tu instinto era solamente alimentarte y existir.
Fuiste la hoja de aquel primer árbol, aquella primera muestra de vida, con hojas verdes y movimiento.
Eres el amor de tus padres en tí,
eres el amor de tu padre en tí,
eres el amor de tu madre en tí.
Del arbol eterno de los frutos del universo, somos más que una pequeña gota de rocío en el océano infinito de nuestra consciencia.
Y al mismo tiempo los hacedores de la lluvia y los relámpagos, ya sea por mojarnos, ser agua, o tormenta.
Eres el marco que el tiempo en el no-tiempo trazó para poder vernos en el espejo de las experiencias y la memoria.
No hay un nosotros sin un uno que nos anteceda, que pueda sentarse al abrigo de la tranquilidad a observar el abrirse de una flor desde los ojos de alguien que mirando una rosa, llora por primera vez, encontrándose libre.
Eres el fruto del amor del fruto del amor, en los árboles fruto de otros árboles, frutos del polvo del cosmos, que gira en nuestras células a cada instante.
No hay un yo sin un sentido que nos anteceda, que sea la energía que nos moviliza a ser, a reir, a abrazar, a romper las cadenas de los hábitos y al mismo tiempo nos enlaza mas con el brillo del ahora, con la subjetividad y la objetividad del momento presente, el instante sagrado en donde respiramos con consciencia: ¿Quién observa a quién esta respirando?
¿Quién soy?
Eres el fruto del amor de tus padres.
Eres el todo observándose a si mismo, a través de tus ojos y tus manos.
Eres el ser sin identidad, observando la identidad como una hoja, un fragmento de eternidad, un color.
Eres fiel a lo que entiendes por corazón,
eres fiel a lo que entiendes como amor,
eres leal al brillo de la vida nueva, en los seres pequeños que llegan todo el tiempo a recordarnos el origen.
¿De donde vengo?
Eres el fruto del amor de tus padres.
No hay un ahora sin ojos que puedan obviar los relojes y las medidas. Recobrando la libertad de la carencia de sentido, del simple existir, el reconocer el todo por el todo, desde el todo, sin divergencias de falsos estamentos. Disfrute o no de la lluvia, existo con ella.
Siempre te amé.
Siempre los he amado.
Fragmentos de silencio en la insonoridad, sin linea de tiempo.
Gracias por el ahora.
Gracias por tu sonrisa.
te veo por ahí, cuando mirando una fruta recordemos que tanto ella como nosotros caemos de un gran ábol, frutos del amor, del amor, en el árbol eterno, del amor de los padres.
2019, Brasil. Relatos del pantano Sagrado. Viva Brasil. Viva Venezuela, Viva Estados Unidos. Viva el planeta. Viva la humanidad.