jueves, diciembre 20, 2012

Un año que comienza y un año viviendo


Notar en una noche de soledad, que no estás solo, es uno de esos pequeños hallazgos cotidianos que suelen aliviarnos el suave pesar de un día de trabajo.

Notar que un año termina y que apenas uno puedo darse cuenta del paso de los días, es una de las cosas que mas me sorprenden en estos días.

Puedo cantar y moverme despacio, dibujar un dragón o perderme en una taza de té: que lindo deporte. Aunque un buen malbec o un ron cubano añejo con cola hacen que uno dude sobre el origen de los placeres, que claramente si tienen un origen, no tienen un destino cierto.


Puedo reventar en mil pedazos con una canción, con esas donde cada nota sutil sincroniza las cuerdas de un músico, con las tuyas, y en esa danza extática redescubrís tu gusto por la música.

Despierto y dudo de un día mágico, dudo de los días de hecho, ya que tan rápido pasan, dudo de la memoria, que muestra lo que tiene ganas, dudo de los insectos que se acercan en busca de mi sangre, y luego, zás, ahi están, alimentándonse, y no hay duda.

Despierto y me abarca la certeza de un día posible, de la masa maleable a mi gusto, como un sillón de espuma, un poco de masa para hacer pan: y si, es un día a mi antojo, que terminará tan rápido como los que pasan sin más ni más, pero donde voy a poder saltar entre esas cuerdas que conectan mi percepción tan azarosa, con la armonía de un tema, con el crecer de la planta del balcón, y esos chicos corriendo y gritando no-se-qué.

Notar una noche de soledad, que no estás solo, es uno de esos grandes hallazgos que le dan sentido al tiempo, al esfuerzo casual o consciente, a la espera tranquila, a la acción y a la puesta en escena de una sinfonía de aspectos, de colores, de vueltas a la manzana, de pasos por el parque.

Termina un año, termina una secuencia finita de pequeños e infinitos momentos, de esa masa maleable a nuestra disposición, de ese budín en el horno, de las sonrisas que sacan nuestras palabras.

Termina un año, y no te deseo felicidad, suena muy grande y muy abstracto, muy de tarjeta obligada.

Te deseo que el año que entra, cuando termine, puedas decir, "he vivido un año, y estuve ahí para verlo".

miércoles, noviembre 28, 2012

Estas acá


Sonreíste, nada más,
no se si me entendés, y no importa.

Sonreíste, y estuviste ahi, y estuve ahi,
no se si me entendés, y no importa.

Corriste, y te perseguí,
me escondí, y aparecí,
y apareciste, sonriendo.

Sonreíste, y desarmaste
toda la estupidez que pudiera traer encima.

Sonreíste, y jugamos,
y me alegraste el alma, la semana, el año, la vida.

Estás en tu mundo, y por esa pequeña ventana que hay
pudimos vernos, y tu mundo fue el mío.

Sonreíste, y te descubrí.

domingo, octubre 21, 2012

Madre


Descosés,
deshilachás el harapo del tiempo
y te convertís en hada.

Caminás desnuda por la sala
nada importa hoy
es tu dia, tu santo y tu grial.

Creás en cada paso
pequeñas certezas,
un testimonio de resistencia.

Suena el teléfono
sabés que sonará en vano
que hoy es tu dia.

Sabés que no importa
que se haya ido
que no responda
que no lo haga nunca.

Sentada, mirando fuera
tu vientre aun es pequeño
pero sabés, y celebrás.

Todo llega.

miércoles, octubre 10, 2012

Mi pequeña frankenstein

Amo tus ojos verdes
tu piel tersa 
y tus ojos azules

Amo esa forma de hablar que tenés
esa forma de moverte eléctricamente
esas maneras silenciosas
esa forma de estar quieta

Amo tu delgadez
la forma de tu sonrisa
tu altura, y tu pequeñez
la seriedad de tu cara

Amo tu verborragia
tus gemidos incontenibles
la escasez de tus palabras
y la contorsión silenciosa de tu cuerpo

Amo que me llames siempre
que seas impredecible
que llames poco,
que pueda adivinar cada paso que das

Amo que seas un desafío
que nada te importe
que seas tan simple,
que estés al tanto de todo

Amo que seas asi
única, diversa,
simple y compleja.

sábado, agosto 04, 2012

Nadie


Sale el sol, me pregunto si nadie lo mira, si justo hoy todos se han ido a dormir tarde, como aquella mañana.

Nadie escucha, o al menos eso parece, no hay ecos de nadie sigilosamente oculto, no hay respiraciones cercanas, y a nadie intereso hoy.

Nadie ve, es muy temprano, todos duermen al abrigo de las sábanas de invierno, estar al abrigo del sol sería de locos, o de gente que vive al revés.

Un pájaro se acerca, le pregunto si sabe quien es nadie, me mira, parece comprender mi pregunta, estoy loca. El pájaro se va.

Nadie tiene la culpa, me dijeron, si, nadie, nadie, nadie. Me lo repetí mil veces. Sin embargo, este dolor en el pecho no me lo quita ese nadie que no tiene la culpa.

No me lo quita esa cantidad indefinida de nadies que jamás tuvieron la culpa de nada, está claro.

Ahora, hoy, la cuestión es que no puedo confiar, porque si, otra vez, nadie, ha demostrado valer una noche en vela, una tarde llorando por no comprender.

El mismo que no tiene la culpa de nada, ese mismo.

Anoche soñé con él, si, lo se, ya se que estás pensando, aunque no estés ni me escuches, él no me convenía.

Está claro, nadie conviene a-priori, no tiene sentido embolsar sueños y colocarlos encima del primero que te sonríe con un poco mas de gracia que el resto. Debo guardar esa bolsa, para mí. Nadie...

Se escucha gente caminar, la plaza va cobrando vida, aunque hace un poco de frío, y el frío del invierno no es tan fácil de embolsar.

Si, quiero correr en la plaza, llorar por algodón azucarado y tropezarme y que papá me abrace, una y mil veces, ser grande no es tan divertido.

Vuelve el mismo pájaro de antes, o uno muy parecido, ya no puedo distinguir, quién podría...si, ya sé, el mismo que no tiene la culpa...

Me saluda y me sorprende, no puede ser él tan temprano en un día tan frío y justo en esta plaza, pero acá está y le sonrío, y me gusta mentirle levemente sobre mi estado actual, sobre las dos últimas noches llorando, las cuatro cajas de bombones, las horas de teléfono y de terapia que confluyeron en un vacío que no puedo explicar.

Se sienta al lado, la sonrisa no me cuesta, el sol calienta un poco más, estoy por sacar la bolsa que venía reservando, se que quizá no sea merecedor de tanto ni de tan poco, de a ratos me toca el hombro mientras me sonríe y me comenta pequeñas anécdotas: no le presto atención.

Le sonrío, de pronto es invierno y me tiene sin cuidado, de pronto se que la culpa es mía, que "nadie" tiene varios rostros, y que no me importa abrir la bolsa, otra vez.

sábado, abril 14, 2012

Puedo escribir los versos mas felices esta noche

(esta versión en "negativo" del poema original de Pablo Neruda, demuestra lo genial de su estructura)


Podría escribir los versos mas felices esta noche,
Escribir, por ejemplo: "El dia esta nublado,
y se mecen, pesadas, las nubes, aca cerca"
El viento del dia se estanca aqui en la tierra y calla.
Puedo escribir los versos mas felices esta noche.
Yo la dejé, y a veces ella me dejó.
En los dias como este la alejé de mis brazos.
La esquivé tantas veces sobre esta tierra escasa.
Ella me odió, a veces yo también la odiaba.
Cómo no haber odiado sus pequeños ojos movedizos
Puedo escribir los versos mas felices esta noche.
Olvidar que la perdí. Sentir que está conmigo.
Ignorar este pequeño día, mas pequeño con ella.
Y el verso sale del alma, como a las nubes la lluvia.
Qué importa que mi odio pudiera soltarla.
El dia está nublado y ella está conmigo.
Esto no ha terminado. Aquí cerca oigo un quejido. Aquí cerca.
Mi alma se alegra con haberla encontrado.
Como para alejarla mi mirada la esquiva.
Mi corazón la evade, y ella está conmigo.
Cualquier otro día que oscurece distintos árboles.
Nosotros, los de hoy, somos iguales.
Ahora la quiero, es cierto pero cuanto la odié.
Mi voz se escapaba en el viento para esquivar su oído.
De mi. Sera mia. Como despues de los besos de otros.
Su voz, su cuerpo oscuro. Sus ojos limitados.
Ahora la quiero, es cierto, pero tal vez no la quiera.
Es tan extenso el desamor, y tan corto el recuerdo.
Porque en dias como éste la alejé de mis brazos,
mi alma se alegra con haberla encontrado.
Aunque éste sea el primer placer que ella me causa,
y éstos sean los primeros versos que le escribo.

lunes, abril 02, 2012

Un pez en la mano

Un pez dorado se zambulle en tu vestido, es el indicador explícito de tu deseo.

Sabés bien que el mar está lleno de peces que no te satisfacen, y queres de pronto un pez con cara de popstar, para comer, para beber.

Querés un mono africano hablando etíope, que te diga lo puta que sos, que no entiendas nada, pero aun así mantengas la sonrisa, still, still, frozen smile.

Mi casa es tu casa, mi mundo es tu horrendo mundo, tus cicatrices son el reflejo cómico de las mias, y aun asi, pedís más, y prometés al pedo.

Tu tierna piel escapa a las manos, y a su vez las busca desesperada, querés llenar el vacío: un dinosaurio no entra en la habitación y lo sabés, y el hueco que ves en tu alma es un agujero negro.

Si, tenés razón me decís, tenés cambio me preguntaste después, y te fuiste, escapaste lavando las baldosas con el escapismo cobarde de tus suelas, y aun así te crees digna.

No va la luna al cantaro a romperse, ni el amanecer se gana por estar despierto, sabés que una tarde no alcanza y que una noche puede ser demasiado.

Quiero cantar, decirte al oído lo que me encanta de vos, y sin embargo lo sabés, y desarmás la estrategia, y no me das mas opción que invadirte, que ir al ataque, mientras contenta recibis cada balazo.

Puedo contarte que es tarde y tu sonrisa no se va, que el amor es una mueca triste de estos días, que mi alma esta en receso y que me estoy cansando.

Pero quizá me olvide y no recuerdes que había cosas para decir. Quizá te olvides de tantas cosas, quizá la noche sea demasiado obvia como para registrarla.

Ojalá un dia, ojalá el cielo, ojalá buenas tardes, buenas noches y por que sí. Ojalá llueva, en mi habitación.