domingo, diciembre 17, 2006

La tarde delata esta cárcel

La idea es algo así como calcinarse desde dentro, como si alguien encendiera la llama y luego se dedicara a otra cosa. Y así en esa irresponsabilidad ardemos, mientras las horas llueven y esta tormenta es más visible.

La idea nos lleva a querer escapar, en ese instante donde la conciencia delata individualidad.

La cárcel se hace evidente y las formas para explicarse están fuera y esperan a que abramos alguna hendija.

La tarde continúa y un minuto se hace permanente, así la hora, así el día.

En vano trata el hombre de encontrar sosiego, alumbrándose con las luces de las propias armas, con la misma fábrica de sombras, donde detrás de éstas últimas reside aquello que se busca.

Creerse conciente es solo el alerta, la configuración de las evidencias, que nos delata como imperfectos y artífices de una falencia perpetua.

Calzamos cada día el mismo zapato, mientras intentamos caminar diferente, creyéndonos descalzos, así el pavimento se siente igual, y nada se aprende excepto la mentira.

Llega la hora en que las persianas se cierran, los animales duermen y nos vemos invitados al descanso, y allí, en el sueño, es el único lugar donde estaremos en lo cierto, y libres.

5 comentarios:

Lulet (Julia Mar) dijo...

Me encantan tus letras.
Besos.
Te quiero, Ale.

Anónimo dijo...

Quizás sea lo contrario, donde creemos que somos más libres no lo somos.

Alejandro Gomez dijo...

lulet: gracias mil, me alegro :D

ary: es "como todo", la libertad no deja de ser una suerte de invención, y su significado va mutando de acuerdo al contexto. Al fin de cuentas ¿Qué carajos es "Ser Libre"?
Finalmente, algo hay que asumir, ya que nuestro verbo es humano.

Xi dijo...

"La vida es una cárcel con las puertas abiertas", decía el viejo Calamaro...
Qué coincidencia en el ánimo y las percepciones. Gracias por dejarme huellas suficientes para seguirte.

Un abrazo cronopio.

Alejandro Gomez dijo...

Xime: gracias a vos.