martes, junio 07, 2011

Julio

Te leo, te leí, me enseñaste sin decir nada y diciendo enormidades que caben en una frase.
Influíste en el tiempo y en el espacio, en mi tiempo y en el de otros, en las ideas y en los sueños.
Caigo y me levanto, y el factor común de esa masa informe que conforma una sucesión incesante de palabras, sos vos, que te tuteo sin conocerte en persona: nos regalaste esa sensación de amistad hacia el conocido que uno desconoce, y esa familiaridad extraña con tus palabras alimenta esa sensación, que mas que sensación huele a abrazo fraterno.
Si se puede ser amigo de alguien que ya no está -podría asegurarlo- y abrazarte en cada palabra que dijiste, en cada página de un libro que tiene tu cara en la contratapa, lo dirá el tiempo.
Quizá el retorno que uno esperaría en una amistad, una hermandad, lo ofrecés determinadamente desde antes de que naciera esa gente que se enteró de tu existencia a través de algún otro amigo tuyo, eso que cosechaste sin quererlo, atravesando personas y movimientos, posturas y mediocridades.
Y cayendo de ese árbol interminable de ramas que vos incrustaste, sin proponérmelo, te leo de nuevo y te conozco, es más, nos conocés a todos desde antes y hacia el tiempo que viene. Como si parte de tu alma fuera un poco la de todos, como si tus palabras fueran lo que muchos queremos decir como cavernícolas que somos, gesticulando o gimiendo, lejos de la forma que nos ofreciste, esas cosas indefinibles que salían de andá a saber donde.
Y pienso -qué loco- que todos somos parte del otro, que aquellas palabras al viento o a quemarropa, esos golpes de puño en imprenta forman parte de nuestras ideas, y si estamos convencidos de que éstas conforman lo que somos o que en algún grado determinan nuestras acciones, tus palabras son parte necesaria de ese rompecabezas humano: llamarte hermano o amigo no honra las evidencias.

Estoy seguro de que estás mas allá de la separación que sugiere una idolatría y mas cerca de una integración que afirma que nunca, pero nunca, vas a morir.

No hay comentarios.: