
Me estaba duchando después de una noche de insomnio cuando tuve la revelación.[1]
Escrito estaba en las tablas del destino que caín tendría que reencontrarse con abraham.[2]
Ana María salió un momento a la calle, sin ninguna esperanza de encontrar al Angel y sin embargo estaba alli, como si hubiera sabido que se trataba de una despedida.[3]
[1] Brian Aldiss - Los superjuguetes duran todo el verano.
[2] José Saramago - Caín
[3] Mario Benedetti - Cuentos completos
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